Ronco Vitorino

Y con él llegó el escándalo! Revolucionó la ornitología de los años 80 en muchos aspectos

Conocí a Vitorino (Ronco Vitorino para todos en España) en el Mundial de Niza, en enero de 1981. Ese año fuimos mi padre y yo en coche hasta Niza y adelantamos el viaje a los días del enjuiciamiento, cuando no está abierto al público ... y eso cambió mi vida ornitológica.

Ronco Vitorino se había desplazado al Mundial "por si vendía algo" y llevó un par de transportines con unos pocos pájaros para ver si los jueces los compraban. Como suponía experta a la clientela llevo pájaros excepcionales en bronce mosaico (ahora llamados "negros mosaico") y en rubino plata (ahora "phaeos blancos"). Y como los jueces estaban enjuiciando y no tenían tiempo mi padre aprovechó la ocasión para hacerse con los extraordinarios phaeos, mucho mejores que los de casa, con los que ya ganábamos los concursos. Muy en su línea, mi padre le preguntó si tenía más y Ronco Vitorino le contestó que sí, pero que en San Remo, al otro lado de la frontera italiana. Inmediatamente montamos una expedición hacia San Remo, con tanta urgencia que mi padre se dejó el pasaporte y no podía cruzar la frontera de Vintimiglia y tuvo que mediar el amigo Giovanni Chillé (alto funcionario italiano) para que lo dejaran pasar "un ratito". Ya en San Remo en una preciosa villa con vistas al mar, pudimos ver que Ronco Vitorino tenía dos voladeros enormes llenos de pájaros extraordinarios de los que un buen puñado cambió de nacionalidad y se hicieron españoles.

Desde aquél día la amistad de mi padre y mía con Ronco Vitorino fue legendaria y se inició una época de gran esplendor de nuestro pájaros a nivel nacional e internacional en buena parte propiciada por la "cepa de Ronco". Después formamos una auténtica "pareja de baile" en los mundiales cuando yo le ayudaba a vender sus pájaros haciéndole de intérprete constantemente incluso con gente cuyo idioma yo no conocía. Los que conocen a Ronco Vitorino saben que estas situaciones esperpénticas son lo que más le gusta en la vida.

Ronco llegó en un momento en que la ornitología estaba dominada en Italia por los "grandes señores de los pájaros" como Rosetti, Bruno Plazzi, Guido del Pup e incluso Luciano Manfredini ..., pero se abrió paso a base de conseguir lo nunca visto, de apostar por lo espectacular, por las melaninas perfectas, aunque fuera a costa de soportar algún defectillo en el plumaje, por ejemplo. Cualquier variedad que tocaba él cambiaba para siempre: los bronces (después de 40 años sigue siendo el mejor), los phaeos, los satiné amarillo mosaico (40 años ganando medallas mundiales), los Crest (que prácticamente redefinió él y sigue siendo el referente mundial después de 30 años), ...

Su sabiduría no se ha limitado a los canarios porque fue un auténtico líder en la cría de la Fauna Europea mutada cuando eso era casi ciencia ficción ...

Una vez, ya hace muchos años, me dijo que era el criador que más medallas había ganado en la historia de los mundiales y es posible que aún lo siga siendo porque no ha parado de sumar desde que llegó.

De oficio relojero, su afición por la mecánica de precisión le llevó a revolucionar también el mundo de las jaulas, diseñando las primeras con bobina de papel y plegables, en una aventura empresarial que arrancó a raíz de desarrollar su propio criadero, plagado, por otra parte, de pequeños artilugios e inventos que facilitan considerablemente el muchísimo trabajo diario que a ellos les suponen los pájaros.

De Ronco he aprendido de todo. En mis múltiples visitas a su casa, incluso en época de cría y por pura amistad, he tenido la ocasión de hablar de todo lo que se puede hablar en el mundo de los pájaros y Vitorino ha sido extraordinariamente generoso siempre conmigo y con mi padre ("il mio primo grande amico de l'estero", mi primer gran amigo extranjero). Lo hemos hablado en el criadero o en la mesa de su casa donde la encantadora Lina, su mujer, me preparaba una pasta "de la que a ti te gusta".

Ronco Vitorino ha sido sin duda uno de los criadores que más me ha marcado en el aspecto de criador y concursante. Aunque hace ya muchos años que no visito su casa, nos vemos en los grandes concursos y nos hablamos "como si fuera ayer", como hacen los amigos de siempre.

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