Luigi Repetti

Caro amico mio! El concursante apasionado por antonomasia. Uno de los más grandes criadores.

Luigi Repetti en una de sus etapas de Presidente

La familia Repetti en Benicasim.
1984.

Antonio Sanz y Paquita con Fabio Repetti en 1984.

Luigi Repetti en su mundo.

Luigi Repetti entre trofeos

Luigi y Lugia Repetti en su casa.

Una helada tarde de enero, durante los primeros días del Mundial de Piacenza de 1983, mi padre se puso a charlar con un niño de apenas cuatro años, muy guapo y simpatiquísimo,  que le dijo que su padre había sido supercampeón en el concurso. El padre, apenas unos metros detrás y cayéndole la baba acudió a frenar a su parlanchín hijo y acabó en las estanterías enseñándole sus campeones a mi padre. Nos enredamos, porque eran muchos los campeones, y terminamos en la buhardilla de su casa viendo el criadero por la noche mientras Lugía, la mujer de Luiggi Repetti, acostaba a Fabio y nos preparaba una cena improvisada de "lentichie con salami" en la que hablamos sin parar de pájaros, mutaciones, cruces,, "canarini d'oro"... y mi padre compró por 1000 Liras "el secreto del café de Lugía". En sólo una tarde-noche construimos una amistad sincera y duradera de 30 años, luego nos visitamos frecuentemente y vimos crecer a Fabio hasta que, en el golpe más canalla que puede dar la vida, Fabio se fue por culpa de un estúpido accidente.

Luigi Repetti es el criador más apasionado de los concursos que he conocido. Vive para concursar o, más exactamente, para ganar premios y más premios, especialmente sus apreciados "canarino d'oro" como premio al mejor criador de los que tiene infinidad.

Su estrategia de cría se dirige siempre a ganar y para ello cultiva sus variedades pensando en que el resultado debe impresionar a los jueces y no perder ningún punto tontamente. Es legendario el plumaje extraordinario de sus pájaros y la tipicidad de sus melaninas, siempre en el óptimo del estándar. Con los brunos pasteles, por ejemplo, lleva ganando el Campeonato Italiano y los Mundiales desde principios de los 80 hasta la actualidad, y lo hace en fondo blanco, amarillo intenso, amarillo mosaico, rojo mosaico, individual y por equipos, como los grandes campeones, como lo que es él.

Una auténtica máquina de sacar pájaros, consigue una producción enorme de cualquier variedad y es capaz de ser competitivo en sólo una temporada. Con esos antecedentes, es evidente que cualquier momento con Luigi es un auténtico máster en canaricultura que hay que aprovechar y siempre he procurado hacerlo.

He vivido muchísimos momentos entrañables con Luigi, pero recuerdo uno que me marcó para siempre. Viajábamos en tren hacia casa de Luciano Manfredini y me dijo:"ahora vamos a casa del más grande y hay que abrir las orejas, los ojos y la piel para pillar todo lo que podamos a su lado, cualquier detalle, pero yo cuando voy a casa de cualquier criador, aunque sea el más humilde o principiante, siempre las abro porque es seguro que algo, aunque sea marginal, lo hace mucho mejor que yo y tiene algo que enseñarme". Me marcó tanto que he procurado seguir esa máxima desde entonces y me ha servido de mucha ayuda.

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