Nacho Ruiz
Grandísimo criador de postura y mejor persona. El arte de vivir la afición a los pájaros y la vida misma.
Nacho Ruíz
Kiko Vaello, Manolo Novoa, Antonio Sanz y Nacho Ruíz en Bélgica
Nacho Ruíz en su aviario, poco antes de dejarnos
A MI AMIGO NACHO RUIZ, “IN MEMORIAM”
Esta mañana casi me he despertado con una llamada que, por desgracia, sabía que iba a recibir desde los últimos 5 días. Mi amigo Ignacio Ruiz, Nacho para todos y “Doc” para algunos de sus incondicionales de Cullera, ha fallecido en el Hospital de La Fe a consecuencia de su grave enfermedad hepática.
Los médicos, sus compañeros, aseguraron a Maribel que Nacho se agarraba aún a esta vida porque su corazón era muy fuerte. No sabían cuánto de fuerte, ni de grande, ni de repartido, porque Nacho ha sido una de las personas que más ha querido a sus amigos, a su familia, a sus pequeños pacientes e incluso a los que apenas conocía. Una persona capaz de recoger amor y cariño de cualquier sitio, de tanto que ha sembrado en su vida.
Esta afición nuestra a los pájaros tiene una grandeza: los amigos que te da. Amigos de todas las edades, de toda condición y de todas partes del mundo. De vez en cuando la vida te los quita y te deja huérfano de amigo. Cada vez con más heridas de amistad y ya son unas cuantas de las que duelen mucho.
Ya estoy harto de que se vayan mis amigos y Nacho no se va a ir. No podrá abrazar a Maribel, ni bromear con Agustín, con Manolo, con Tonino, con Paco o con Antonio, mi padre, pero permanecerá siempre presente en el recuerdo de todos riendo junto a las estanterías del LLarguet o de los AGI y organizando dónde comemos.
Yo prefiero disfrutar de su fina ironía, de su mirada entre pícara y bondadosa, beber vino a su memoria y recorrer los restaurantes en busca de algo nuevo o disfrutar lo ya valorado, como hemos comentado juntos y tan a gusto. Prefiero disfrutar de algún arroz en Cullera o de algún almuerzo furtivo con cualquier excusa y, de vez en cuando, de paso, agradecerle su amistad y su apoyo, casi heroico, en los momentos más duros. Y luego volver al vino y al arroz. Y al buen humor, como siempre.
No estaría de más crear un “ trofeo Nacho Ruiz” al mejor Llarguet. Así, cuando los nuevos criadores recién llegados a los concursos preguntaran quién era Nacho, podríamos todos nosotros contarles con orgullo que era nuestro amigo y, además, un gran criador, un campeón, un patrocinador y gran difusor de nuestra afición.
Podemos también hacerle un pequeño homenaje y el mejor que podemos hacer a Nacho todos los aficionados españoles es mantener siempre el buen humor y la amistad con todos, sin importar de dónde sean o lo que críen. Ya se que es difícil porque esas cosas sólo están al alcance de gente como Nacho, pero valdría la pena imitarle.
Descansa en paz.
Tu amigo.
Antonio Javier Sanz
NOTA:
Este escrito fue publicado como obituario en todas las revistas ornitológicas españolas, lo que agradezco de nuevo desde aquí.
Al poco se creó un super Trofeo Nacho Ruíz para el mejor LLarguet que se entrega cada año y que reciben orgullosos los ganadores. No fue cosa mía, sino de un puñado de los muchos amigos y admiradores que lo conocieron.