Cuando hablamos de medicamentos deberíamos hablar de veterinarios. La mala costumbre que tenemos de automedicarnos nosotros mismos la trasladamos también con la misma alegría a nuestros aviarios. Por eso, el primer consejo que doy a cualquier aficionado que esté leyendo estas notas es que acuda a un veterinario y que siga sus pautas.

Los medicamentos son muy variados y su administración también. Algunos pueden darse directamente en el pico a cada pájaro que lo necesite, bien en gotas o incluso en pastillas "para pájaros". Esto no suele dar problemas a ningún criador.

Más problemático suele ser el uso de la jeringuilla para administrar por vía intramuscular el preparado recetado por el veterinario. Para ello usaremos una jeringuilla de insulina y pincharemos en la pechuga del pájaro, previamente puesto de forma totalmente horizontal en nuestra mano, y siempre "en paralelo a la pechuga" para evitar dañar al animal. En los años 80, animado por el Dr. Napoleón Becker (cirujano y criador de Tampa, Florida) tuve cierta afición a utilizar este sistema siempre que fuera posible porque los resultados eran fantásticos y aseguraba que el animal era tratado de modo efectivo en cuanto a dosis, periodicidad, etc. Sin embargo no es un método muy extendido, sobre todo por el miedo de los criadores y también porque no son muchos los medicamentos que pueden usarse de ese modo.

La mayoría de tratamientos que dan los criadores son siempre por dos vías: la bebida y la comida.

Suministrar vitaminas o medicamentos en el agua de beber parece un método seguro porque los animales han de beber, pero en realidad, en mi humilde opinión, es un método poco efectivo muy caro y con problemas colaterales. Es poco efectivo porque la mayoría se ven seriamente afectados por la luz y pierden gran parte de su efectividad en poco tiempo, mucho antes de que cambiemos el bebedero. Es fácil comprobar que es caro cuando cambiamos los bebederos y tiramos mucho más de la mitad del agua tratada. Puede, en fin, producir atascos en muchos tipos de bebederos lo que se traduciría en serios disgustos. Por eso debería limitarse este sistema a casos puntuales y no generalizarlo como hemos hecho todos muchos años.

En la comida seca, por el contrario, casi todo son ventajas excepto esto: a veces es demasiado lento y los pájaros toman sus dosis mucho más allá de lo necesario, os obliga a cambiar el pienso al ritmo del tratamiento y suele ser un engorro y, además muchos medicamentos se comercializan en presentaciones poco apropiadas para la comida seca.

A nuestro entender, el mejor método para administrar la mayoría de tratamientos y especialmente los que se dan a todo el aviario, es diluirlos en el agua con la que se prepara el couscous técnico VITA o las perlas mórbidas, de reciente creación. La ventaja fundamental es que esa comida desaparece de los comederos muy rápidamente con lo que sabemos que los pájaros han sido tratados. Es el método que seguimos últimamente y estamos muy contentos. 

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