Parejas vs. Poligamia

Qué método es el más interesante para un criadero deportivo? Cómo podemos organizarnos para poder sacar adelante un criadero basado en la poligamia?

Es un tema muy discutido desde hace muchísimos años. Probablemente desde hace 500 años cuando se empezaron a exportar canarios de las Islas Canarias a toda Europa y aquí se empezó a intentar criar en cautividad porque era un gran negocio (entonces claro).

Es cierto que los canarios silvestres son más bien monógamos o al menos crían en pareja cada temporada, eso es verdad. Lo que ocurre es que después de casi 500 años de cría en cautividad deberíamos pensar que lo que nosotros tenemos en nuestros aviarios responde más los avatares selectivos de esos 500 años que al animal originario con el que empezó esta afición.

La tendencia habitual en todo el mundo es criar por parejas, de modo que colocamos un macho y una hembra en la misma jaula y los dejamos juntos, tras un breve periodo de "emparejamiento", durante toda la temporada de cría. Los defensores de esta modalidad argumentan, con toda la razón, que la pareja forma un equipo extraordinario para criar y que comparten admirablemente las labores de limpieza de nidos, embuche de las crías, construcción del nido, ... Sostienen que es muy poco conveniente romper esa mágica sociedad y que los mejores resultados de cría se obtienen de esa manera.

Es evidente que en todos los criaderos del mundo al menos un porcentaje de hembras crían emparejadas en monogamia, por motivos diversos. El más claro (y más habitual) es porque no tenemos más combinaciones posibles, de modo que ese es el único emparejamiento razonable. Pero la realidad es que hay otros medios de cría y desde luego no son nada desdeñables.

Otro de los métodos ancestrales, conocido como "a la loca", consiste en soltar en un voladero espacioso un macho con varias hembras (más de cinco generalmente), de modo que el macho se va apareando sucesivamente con todas las hembras a medida que estas se encelan y se muestran más receptivas. El macho acude donde es mejor recibido, donde le es más fácil copular. No conozco ningún criadero serio que practique este sistema.

En España es relativamente frecuente "doblar machos", de modo que alguna de las parejas en realidad es un trío de dos hembras y un macho que conviven en la misma jaula. Una variante recatada de la cría "a la loca", podríamos decir.  También es muy frecuente que un macho se aparee con dos hembras a base de hacer que duerma con una de ellas y pase el día con la segunda. Se pretende así que ambas tengan oportunidades de ser fecundadas por el macho independientemente de que al principio una esté más encelada que la otra.

Desde que empecé a criar, hace ya muchos años, oí de boca de Rafael Martínez la explicación de la cría "a la francesa" que, según él, era lo que practicaba todo el mundo en Francia y Bélgica y que daba los mejores resultados. Consiste este método en disponer las hembras en las jaulas de cría, cada una en una jaula, durante un buen tiempo antes de la cría y comenzar la estimulación cuando se estime conveniente, pero siempre independientemente de los machos.

Los machos se mantienen en otras jaulas individuales y se preparan de modo distinto en cuanto a alimentación, suplementos y especialemente la luz. El objetivo es conseguir tenerlos totalmente encelados con suficiente anticipación al inicio de la cría para poder elegir libremente cual usar. Llegado el momento de empezar a criar se elige un macho bien encelado de las jaulas de "sementales" y se suelta directamente en la jaula de la hembra elegida. Así se va haciendo con todos los machos disponibles y hasta que llega un momento en que ya no tenemos más machos disponibles y sí hembras vacantes. Cuando cada hembra se pone a incubar (generalmente al quinto día del inicio de la puesta), separan el macho y lo devuelven a su "jaula de semental", salvo que sea requerida su presencia en otra jaula. Los machos, pues, alternan estancias en su jaula de siempre con visitas "de trabajo" a la jaula de alguna hembra que, por supuesto, tiene que criar ella sola a sus polluelos.

Es un método que, en definitiva, persigue optimizar los mejores machos posibles y conseguir una gran homogeneidad de la prole por motivos obvios.

Con la llegada de la inseminación artificial al mundo de la ornitología (de momento muy poco extendida y especialmente presente en el mundo de las hibridaciones imposibles o de los pájaros extraordinariamente caros) lo que se hace es insistir en el método francés, pero suprimiendo (seguramente para descontento de los machos) las visitas de trabajo, que son sustituidas por masajes estimulantes para extraer el semen de los sementales, que es debidamente preparado para inseminar muchas hembras cada día (generalmente 8 o 10, detrás de otras tantas ...).Este método es manifiestamente más homogeneizador de la descendencia y desde luego que optimiza el rendimiento de los machos excelentes (o escasos, según se mire). En estos aviarios es frecuente tener más de 50 hijos de un mismo macho en cada temporada.

Cuando hablamos de nuevas mutaciones, de pájaros muy raros o escasos, de extraordinarios campeones o de mucho dinero, por qué no decirlo, es lógico que los aviarios profesionales emprendan caminos que aseguren el máximo de descendencia de calidad.

Cómo criamos nosotros?

Pues con un método muy similar al francés, pero mucho más tranquilo, por así decirlo, sobre todo porque no somos profesionales de los pájaros, tenemos otras obligaciones y no podemos dedicar el tiempo que un método "a la francesa" llevado rigurosamente requiere.

Nosotros, para cada una de las variedades hacemos, con la lógica limitación de los ejemplares disponibles para la cría, lo siguiente:

Fijamos un número de hembras para la variedad, por ejemplo 18 hembras, y las situamos repartidas en tres filas de jaulas a razón de 6 hembras por fila. Las seis hembras de cada fila deben ser lo más similar posible entre sí.

A continuación hacemos las parejas como si los tres mejores machos fueran los únicos y emparejamos cada uno de ellos con el lote de seis hembras que más convenga. El siguiente paso es elegir otros seis machos de modo que queden emparejados cada macho con dos de las hembras.

Así, con machos doblados, iniciamos la primera cría. En función de como vaya la cría iremos descartando los machos "de segundo nivel" y utilizando sólo los tres sementales, que irán apareándose con las seis hembras de su fila de modo sucesivo.

La situación ideal es aquella en que los tres machos elegidos como sementales óptimos fecundan a pleno rendimiento, en cuyo caso el sistema se transforma, en la práctica, en cría "a la francesa".

Los resultados de este sistema de cría están claros: se consigue una gran uniformidad en las crías (lo que es muy útil para la formación de equipos, por ejemplo), se establece con rapidez una línea propia de selección y eso permite también centrar muchísimo más la selección de los nuevos "machos de mejora" de otros criaderos puesto que muchas de las hembras serán muy parecidas dentre sí. También, y a veces es lo más importante, aumenta de modo significativo las posibilidades de obtener descendencia de los ejemplares más preciados de nuestro aviario. Son muchos los aviarios que apenas consiguen algún descendiente de pájaros extraordinarios que han costado mucho esfuerzo en conseguir. Desde luego eso no ocurría en los históricos aviarios de Rafael Martínez o Mario Ascheri.

Además, como suelo bromear con otros compañeros, es mucho más barato! Basta con incorporar algún ejemplar realmente bueno cada año para notar los resultados inmediatamente.

Y no menos importante, como seguro compartirá la mayoría de criadores que me estén leyendo, sería el tema de los "pájaros de trabajo". Son muchos los criadores que utilizan para hacer portadores, para trabajar la pluma o el largo de patas, para meter un color nuevo, ... los pájaros "menos buenos" dentro de sus reproductores, argumentando que no pueden sacrificar sus mejores ejemplares para esas líneas de trabajo. Y por qué no compartir?

Lo ideal para trabajar cualquier cosa y llegar cuanto antes al óptimo de calidad es partir de la calidad misma. Si queremos incoporar el ancho de barra de una línea de clásicos estupendos a nuestra línea de brunos eumo (por ejemplo) el camino más seguro y rápido para llegar a la excelencia es añadir una o dos hembras clásicas del más alto nivel al lote de hembras eumo que tiene asignado nuestro mejor semental eumo. Los hijos estarán más cerca del "pájaro ideal", desde luego, que emparejando dos mediocridades porque no somos generosos.


Esa página fue publicada en el número 72 de la revista ORNITOLOGÍA PRACTICA (Editorial Cromapress- España)

Ornitología Práctica
Número 72, pag 4

Ornitología Práctica
Número 72, pag 5

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